En las cálidas mañanas de verano, el gallo Kiko es el primero en despertarse. Abre sus pequeños ojos, sacude sus plumas y saluda al Sol.
Después, sube al palo más alto del gallinero para que todo el mundo lo vea. Sabe que su trabajo es uno de los más importantes de la granja: despertar con su kikirikí a todos los animales.
Una vez cumplida su misión, sale al campo y busca una manzana caída del árbol para picotear
¡Es su desayuno favorito!
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