Los pilares de la lengua amplían el conocimiento que los niños tienen de gramática, vocabulario, ortografía y comunicación y comprensión lectora, de tal manera que los pequeños se conviertan en mejores comunicadores sin darse cuenta de que con tan sólo hacer clic en el ratón están aprendiendo. Hoy trabajaremos el pilar de la comprensión lectora a nivel de primero a sexto, repasa realizando los grados menores al que te encuentras antes de realizar el grado que te corresponde.
Primero y segundo grado
El desayuno de Laura
A las ocho de la mañana la mamá de Laura ya se ha tomado su café con tostadas. Es hora de despertar a su hija o se hará tarde. Casi a oscuras, se acerca a la pequeña cama de madera y busca su carita bajo el edredón para darle un beso de buenos días.
Laura se despereza, se pone sus zapatillas rojas y se sienta en la soleada cocina. Hoy tiene mucha hambre pero por suerte, su madre le ha preparado su desayuno favorito: zumo de naranja, tres nueces y un tazón de leche con cereales.
La niña sabe que esta es la comida más importante del día y que necesita alimentarse bien para poder pensar con claridad. Además, hoy hay clase de gimnasia y tiene que practicar la voltereta lateral para la actuación de fin de curso.
Cuando termina, se viste, se lava la cara y los dientes, y se cepilla el cabello. Dentro de su mochila mete un cuaderno y siete lápices de colores.
Su madre aparece sonriendo y le da un paquetito con un par de galletas ¡Está creciendo y necesitará reponer fuerzas a media mañana! Laura, como todos los días, acude al colegio feliz y con ganas de aprender muchas cosas.
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Tercero y cuarto grado
El Príncipe Feliz
En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz. Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada. Una noche voló una golondrinita sin descanso hacia la ciudad. Entonces divisó la estatua sobre la columnita.
-Voy a cobijarme allí -gritó- El sitio es bonito. Hay mucho aire fresco.
Y se dejó caer precisamente entre los pies del Príncipe Feliz.
Pero al ir a colocar su cabeza bajo el ala, he aquí que le cayó encima una pesada gota de agua. Y después otra.
-¿Para qué sirve una estatua si no resguarda de la lluvia? -dijo la Golondrina-.
Voy a buscar un buen copete de chimenea.
Y se dispuso a volar más lejos. Pero antes de que abriese las alas, cayó una tercera gota. La Golondrina miró hacia arriba y vio… ¡Ah, lo que vio! Los ojos del Príncipe Feliz estaban arrasados de lágrimas, que corrían sobre sus mejillas de oro.
Su faz era tan bella a la luz de la luna, que la Golondrinita se sintió llena de piedad.
-¿Quién sois? -dijo.
-Soy el Príncipe Feliz.
-Entonces, ¿por qué lloriqueáis de ese modo? -preguntó la Golondrina-. Me habéis empapado casi.
-Cuando estaba yo vivo y tenía un corazón de hombre -repitió la estatua-, no sabía lo que eran las lágrimas porque vivía en el Palacio de la Despreocupación, en el que no se permite la entrada al dolor.
Durante el día jugaba con mis compañeros en el jardín y por la noche bailaba en el gran salón. Alrededor del jardín se alzaba una muralla altísima, pero nunca me preocupó lo que había detrás de ella, pues todo cuanto me rodeaba era hermosísimo. Mis cortesanos me llamaban el Príncipe Feliz y, realmente, era yo feliz, si es que el placer es la felicidad. Así viví y así morí, y ahora que estoy muerto me han elevado tanto, que puedo ver todas las fealdades y todas las miserias de mi ciudad, y aunque mi corazón sea de plomo, no me queda más recurso que llorar.
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Quinto y sexto grado
Alaska
Alaska es el estado más extenso de los cincuenta que tiene Estados Unidos de América. Está situado al noroeste del continente, muy cerca del Polo Norte. Su nombre significa “tierra grande” y su capital es una ciudad llamada Juneau.
Como se trata de un territorio inmenso su climatología varía mucho de unas regiones a otras. En parte de la costa y en el sur, el clima es suave y lluvioso durante todo el año; en cambio, en el interior, las temperaturas son tan extremas que en invierno rondan los -50 grados centígrados ¡Si algún día vas no te olvides de meter abrigo, gorro, guantes y botas en la maleta!
Son pocos los valientes que se animan a vivir allí todo el año y por esta razón, las ciudades son muy escasas y la densidad de población es bajísima: ¡solamente un habitante por cada Km2!
Un 15% de los pobladores de Alaska son esquimales pertenecientes a diferentes pueblos aborígenes que ocupan las tierras del Ártico desde hace cientos de años, como los inuit o los yupik. El resto son, en su mayoría, de raza blanca.
La economía de Alaska se basa en la minería y en la industria del petróleo. La pesca (de salmón y bacalao principalmente) y el turismo también son una importante fuente de ingresos.
Alaska tiene unos paisajes naturales increíbles. Una parte del estado posee agrandes valles y los bosques de coníferas más altas del mundo; la otra es una gran zona ocupada por la tundra, es decir, por una vegetación baja formada por musgos, líquenes y algún que otro arbusto. Aquí no crecen los árboles porque el suelo permanece continuamente congelado. Como te puedes imaginar, en
Alaska se encuentran algunos de los más impresionantes glaciares del planeta.
En cuanto a fauna, Alaska es tierra de osos polares, ballenas, focas, alces, lobos… En sus frías y cristalinas aguas habitan hasta seis variedades de salmón salvaje de gran valor gastronómico.
Por último debes saber que uno de los grandes atractivos de Alaska es que es de los pocos lugares en el mundo donde se puede observar el impactante fenómeno de luz y color conocido como aurora boreal.
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